Desde que nací me cuidaste y me mimaste, convirtiéndote sin ser de mi sangre en abuelo, y también en un padre. Me has hecho un montón de regalos, me has dado un montón de besos y caricias, nunca has dejado que me faltase nada. Me has consolado en los momentos tristes, me has complacido cuando me he puesto caprichosa, me has regañado cuando me lo he merecido. Te pido perdón si alguna vez te has sentido mal por mi culpa, pero sabes que te he defendido sin cansarme.
¿Quién me va a decir ahora lo guapa que estoy cada vez que salgo de casa? ¿Quién me va a dar las buenas noches a las tantas de la mañana, o los buenos días a las tantas de la tarde? ¿Quien va a ver el fútbol conmigo, o la tele cuando no pueda dormir? ¿Quién me va a acariciar de la forma que tú lo hacías? ¿Con quién voy a vacilar ahora a la yaya?
Casi 17 años a tu lado, no han sido nada buenos porque hemos pasado por muchísimas situaciones amargas, pero puedo recordar miles de momentos buenos contigo que, por supuesto, no quiero olvidar. Te encantaba hacerme reír, y he hecho lo posible estos meses para que no te faltara una sonrisa en la cara, y desgraciadamente no lo he conseguido todas las veces...
Te gustaba la juerga y vivir la vida, quién te iba a decir que tendrías ese final...
No entiendo como la gente que tiene tantas ganas de vivir como tú se van, y las que desean la muerte siguen aquí...
Tú te has ido pensando que saldrías de esta, jamás perdiste la esperanza de recuperarte y luchaste casi sin fuerzas. Cosas así te hacen madurar y ser más fuerte.
Por eso voy a vivir mi vida como yo quiera y a disfrutar cada momento como si fuera el último con una sonrisa, superando cada obstáculo. Por ti yayo, porque me has enseñado mucho. Me duele pensar que pueda olvidar tu cara, tu voz, tu risa...Te dije que no lloraría demasiado, y espero cumplirlo para que no te enfades conmigo desde el cielo, pero es que ya te echo de menos...
Me has querido más que a nada en este mundo. Me has querido incluso antes de que naciera, y seguro que mucho más allá de la muerte. Y yo a ti, no lo dudes. Siempre estarás en mi corazón.
Descansa en paz como te mereces, no te preocupes por mí que yo sé que estás a mi lado protegiéndome.
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