* Odiadas por ser diferentes, queridas por ser ú n i c a s.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Lo que debería decirte.


¿Eres feliz? Me encantaría saberlo. Si lo eres, la verdad es que no sé si me alegro o no, porque por una parte quiero que te encuentres bien, y por otra, deseo  que te hagan el mismo daño que tú a mí. Pero soy de contradecirme yo sola. El caso es que le has engañado...y lo sigues haciendo. Y no me parece justo. ¿Estás enamorado? porque a lo mejor ella no y te llevas una decepción, o igual sigues pensando en mí, quien sabe. Cada día lo tengo más claro...me has vuelto loca, literalmente. Y sí, cariño, ya me quedó claro que no te importa lo que me pase. Todavía no entiendo porqué cambié por ti. Tengo tantas preguntas...pero tendré que olvidarlas, porque total, no me las vas a responder nunca. Ni siquiera sé si te he sacado de mi corazón, porque mi cabeza está inundada de recuerdos. Tampoco sé si te amo, quiero, odio...o me eres totalmente indiferente. Hay días en los que me gustaría que me abrazases como hacías antes, y otros en los que te arrancaría los ojos. Hay días que pienso en el porqué de que me abandonaras, claro que eso no lo sabes ni tú. ¡Pf! mira que eres raro, ¿eh? Jamás conseguí entenderte, y si yo no lo hice, nadie lo hará, créeme. Y por supuesto no esperes recibir de otras todo lo que yo di por ti. Qué tonta fui al pensar que sería para siempre...Ahora leo las cosas que nos decíamos, y no, no lloro...me hacen gracia. Al igual que me descojono de las tonterías que le dices a ella. Vaya par de ilusos, o eso creo. Mmm...otra cosa, ¿por qué coño estás contra el mundo? En fin, supongo que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y da a cada uno lo que se merece.. ¿Sabes? No sé si todavía espero que regreses pidiendo perdón para así volver contigo, o para cobrarte todo, o si deseo no volver a verte jamás. ¡Maldita estúpida! Me odio porque no puedo decirte todo esto. En el fondo, da igual, porque algún día dejarás de hacerte el ciego. Pero que sí, que paso...aunque no me arrepiento como tú, porque si algo sé es que no hay que arrepentirse de algo que te hizo sonreír. Y a pesar de todo, solo tú conseguiste que yo alcanzara la felicidad. Y por último pedirte que no me nombres a la espalda, y si es posible...devuélveme mi corazón como te lo entregué. ¡Ah!, y desaparece de mi vida ya, anda.
Adiós mi amor, adiós para siempre.

1 comentario: